Debemos juntar un centenar de botellas desechables de la misma capacidad y forma. Hoy existen una infinidad de marcas y para no pecar de arbitrariedad no citaremos ninguna en particular – (Figura 1).
Se debe quitar todo tipo de etiquetas adhesivas y tapas de polietileno y dejar la botella limpia (Figura 2).

Con una broca de carpintero para madera y ayudados por un taladro eléctrico se perfora el fondo de la misma, justo en su centro. El diámetro de este orificio debe ser igual al diámetro interior de la boca del envase
Con un caño negro de polietileno de ¾ de pulgada se enhebran las botellas tratando de que el orificio ajuste perfectamente al tubo por el que se conducirá el agua. La botella actúa como un pequeño invernadero
La configuración del radiador dependerá del formato que se le quiera dar al calefón (ancho y largo). Se puede hacer con un solo ramal que contenga todas las botellas o dividirlo en ramales paralelos con igual cantidad de botellas. En el primer caso existe el riesgo de que si se tapa no hay posibilidad de conducir el agua por vías alternativas. En el segundo caso, el ensamblado de los tramos encarece el trabajo al usar codos y uniones “T” en los extremos – (Figura 5).
Una vez elegido el formato de la botella plástica, se debe pintar de negro la parte apoyará sobre el techo. Para ello es muy práctica la pintura asfáltica en frió. La cara que mira al sol debe quedar despejada – (Figura 6).

Toda esta configuración de botellas y cañerías se debe disponer en una caja que las contenga construida en madera o chapa de aluminio o plástico reforzado con fibra de vidrio – (Figura 7).
Si en el lugar en donde va a funcionar este aparato el clima es riguroso conviene que la caja esté aislada con polietileno expandido (Telgopor), poliuretano rígido, fibra de vidrio o simplemente bollos de papel de diario – (Figura 8).
Si se desea aumentar la eficiencia del sistema de captación de energía, se puede tapar la caja con un vidrio o una plancha de PET o acrílico– (Figura 9).Una vez terminada la caja se puede pintar con un esmalte que la impermeabilice como la laca poliuretánica o en su defecto la misma pintura asfáltica.
Ahora se debe conectar este colector solar a dos depósitos de agua. El primero para alimentar el sistema que puede ser el mismo tanque que existe en la mayoría de las viviendas. Generalmente está a una altura respetable que garantice una presión aceptable en todas las llaves de la casa. Si no existe hay que instalarlo. El segundo es para acumular el agua que se va alentando en el colector. Debe estar aislado como cualquier termo. Una posibilidad es usar un termo tanque viejo que haya funcionado con gas o electricidad en desuso pero en buen estado (sin pinchaduras) o fabricarlo nosotros mismos. En este último caso podemos recurrir a los tanques de polietileno habitualmente azules de 120 y 200 litros. Para el termo ponemos el tanque chico dentro del grande y lo separamos con bollos de papel de diario. Con esto el agua estará lo suficientemente aislada para conservar el calor.